Algunos datos sobre la primitiva Catedral. El historiador Raúl A. Molina dio a conocer un documento sobre lo que costó la construcción de la primitiva Catedral de Buenos Aires en 1715: "Entre las declaraciones de Antonio Rodríguez de Armas, Canónigo de Catedral, refiere que había hecho un viaje al Paraguay, por orden del Obispo D. Antonio de Azcona e Imberto, en le cual legó hasta le pueblo de Yutí, para buscar maderas que tenía contratadas con Fray Diego Caraballo, del convento de San Francisco, o sean 50 trozos dispersos, y no siendo suficientes los medios que disponía, contrató indios, y perdió parte de su carga en naufragios del viaje y por su conducción a través del río de las Conchas, en que trajo un total de 350 piezas. ¡tardó dos años!, empleó cien indios, Que desde los obrajes había empleado cantidad de bueyes y que para toda aquella empresa habíanle dado 3.200 pesos". El citado obispo Azcona e Imberto, considerando en ruinas el edificio de la Catedral, procedió a su total refección, colocando un nuevo techo de tejas sostenido por vigas de cedro paraguayo y disponiendo que se levantaran a su frente, a derecha e izquierda, dos airosas torres las cuales, setenta y cinco años después, en 1753, se derrumbaron a causa de una fuerte tormenta que durante días sopló del lado del río. Las informaciones de entonces dan cuenta de que no "se registraron desgracias de personas". A causa de las torres de la Catedral porteña, la calle que corría por su frente (actual Rivadavia) se denominó de las Torres. Hubo varios intentos de reconstruir las torres de nuestra Catedral, pero pese a ello, el templo ha llegado a nuestros días sin volver a lucirlas. Fte.: Boletín Informativo "Junta de Estudios Históricos de Caballito" |
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