ORIGEN Y SIGNIFICADO DEL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES
SEGUROLA
Se denominó camino a Monte Castro, más tarde se llamó Bruselas, su designación actual se hizo en la nomenclatura de la Ordenanza del 28 de Octubre de 1904.
Nace en la Av. Rivadavia al 8449 y termina en la Av. Gral. Mosconi al 4400, corre entre las actuales Marcos Paz y Sanabria. Su numeración abarca del 1 al 4699.
Hijo de don Francisco de Segurola y Oliden, español que arribó a nuestras playas hacia 1770, y de doña María Bernarda de Lezica, nació en Buenos Aires el 11 de febrero de 1776. La profunda fe religiosa de su madre influyó desde su infancia y su manifiesta vocación sacerdotal.
Cursó sus estudios de bachillerato en el Real Colegio de San Carlos y siguió los cursos de filosofía del doctor Mariano Medrano desde 1793 a 1795, siendo compañero de Mariano Moreno, Martín Thompson, Julián Navarro y otros ciudadanos. Admitido en le seminario para recibir las órdenes menores en 1798 pasó a la Universidad de San Felipe, en Santiago de Chile, donde se doctoró. Algunos suponen que en Chile aprendió medicina debido a los conocimientos que tenía sobre la vacuna y a su práctica para operación cesárea. A su regreso desempeñó su sagrado ministerio en la Parroquia del Socorro desde el 27 de mayo de 1799 hasta el 9 de julio de 1810.
Llevado por sus sentimientos generosos fue el primero en introducir la vacuna antivariólica en Chile (1805) y el más decidido propagandista de esta defensa contra la viruela en el Río de la Plata. A pesar de la indiferencia y desconfianza del pueblo, difundió el virus profiláctico en la capital y en la campaña. El Virrey Cisneros lo premió en momentos de recrudecimiento de la epidemia nombrándolo Comisionado general de vacuna. El Real Protomedicato de la ciudad, con la firma del doctor O'Gorman y del licenciado Fabre, le dieron las más expresivas gracias por la diligencia con que propagó el "apreciable fluído vacuno", añadiendo que "tan importante servicio hecho al Estado y a la humanidad hará grata su memoria a la posteridad y premiará su mérito... En 1812 fue electo Diputado a la Asamblea Constituyente.
Al año siguiente el Triunvirato lo nombró Director General de la Vacuna en esta capital y en la campaña dando nacimiento a un reglamento de beneficencia del Estado destinado a la organización y administración del antídoto, que resultó aprobado en todas sus partes. Escribió también varias obras entre ellas, los Apuntes para la historia del Río de la Plata, efemérides, diversos trabajos históricos, y sobre educación. En 1815, El Independiente calculaba en 20.000 el número de inoculados por sus iniciativa, encominando su albor apostólica.
Las autoridades ordenaron fueran administradas exclusivamente por practicantes de medicina, bajo la dirección de facultativos, temiendo que en manos de ignorantes, pudiera desacreditarse.
El 8 de mayo de 1815 el general Manuel Belgrano solicitó desde Río de Janeiro, una remesa de vacunas con estas expresivas líneas: "El mérito de los hombres que ejercitan la caridad de un modo tan eficaz como usted es conocido por todas partes; el apellido Segurola se oye cuando se trata de la conservación de la vacuna y aquí he tenido más de una vez la satisfacción de oír los elogios del doctor que ha distinguido y se distingue en Buenos Aires por su contracción y constancia y Ud. puede figurarse cual habrá sido mi complacencia, y lo que habrá añadido con justicia y verdad".
En 1819 publicó por su cuenta una descripción que hizo el francés Painiel, médico del Hospital de Salpetriviere, sobre la varicela, y dos años después dio a conocer su refutación a la "Sociedad de Vacuna de París"sobre la vacunación en Buenos Aires, demostrando los efectos saludables del preservativo. El Cabildo le confirió como merecida distinción "por sus servicios y virtudes" asiento perpetuo con voz y voto, debido a la labor múltiple de este sacerdote en beneficio de la ciudad, ya que el bien común era su objetivo primordial. A partir del 29 de octubre de 1821 Rivadavia impulsó con su acostumbrado vigor el movimiento de propagación de la vacuna designando la comisión en la que figuraba el sacerdote, éste recibió con desagrado la forma extraña de nombramiento y renunció a tal nominación. El 7 de setiembre de 1821 fue nombrado Director de la Biblioteca Pública por Decreto del gobernador Martín Rodríguez, realizando en ese cargo una obra breve pero fecunda. Hombre de cierta fortuna heredada, en todo trabajaba gratuitamente y hubo épocas en que corrió con los gastos de la educación gratuita y el sostenimiento de centenares de niños. La Sociedad de Vacuna de Londres lo distinguió con el título de Vacunador Honorario. Participó como tesorero de las obras de la Catedral de Buenos Aires, contribuyendo a darle notable impulso. En su beneficio cedió una casa de su propiedad. Nombrado Administrador de la casa de Niños Expósitos en 1817 le preocupó sobremanera la educación de los niños abandonados, continuando hasta que la Sociedad de Beneficiencia se hizo cargo de los mismos. Al separarse de la Universidad, fue nombrado en 1818 Inspector General de Escuelas.
Por los servicios prestado y la fama de erudito que había conquistado, la Sociedad de Anticuarios de Estocolmo le nombré en 1841 miembro honorario.
Después de la clausura de la Casa de Niños Expósitos se retiró a la vida privada, ejerciendo la caridad. Los atropellos y persecusiones que sufrió durante el gobierno de Rosas, atentaron contra su dignidad personal y afectaron su salud. Después de Caseros, el gobierno provisional de la Pcia. de Buenos Aires del Dr,. Vicente Lòpez y Planes lo nombró Presidente del Senado Eclesiástico (11 de marzo de 1852). Después el Gral. Urquiza lo jubiló con el sueldo íntegro de acuerdo a su investidura. El Dean Segurola pasó las últimas dos décadas de su vida en el retiro de su hogar, era poseedor de una magna colección de manuscritos, mapas y planos originales referente a la flora, fauna y mineralogía. Acentuada su dolencia, falleció en la ciudad que lo vio nacer el 23 de abril de 1854. Solo se había ausentado Saturnino Segurola y Lezica.
"En cualquier parte del mundo donde hubiera existido un hombre como el que acabamos de perder el pueblo agradecido de sus beneficios, le levantaría estatuas"
Sus restos fueron depositados en el panteón de la Iglesia Metropolitana.
Una calle, en nuestro barrio lleva su honroso nombre, como también una escuela en el barrio de Floresta, y una estación ubicada en el partido de Maipú (Pcia. de Buenos Aires)
TOMAS A RAMINI