Orígen y Significado del Nombre de Nuestras Calles
Gabriela Mistral
Nombre literario de la poetisa chilena Lucila Godoy Alcayaga, nacida en Vicuña (Elqui)en Abril de 1889 y m. en Hamspstead, Nueva York, el 10 de Enero de 1957. Su padre era maestro, y ella empezó a enseñar, como maestra rural, a los 15 años. Pronto pasó a la enseñanza secundaria, de Humanidades. Llamada a México en misión pedagógica, fundó allí la escuela que lleva su nombre y compuso, dedicada a la enseñanza del lenguaje en las escuelas femeninas, el libro titulado "Lecturas para Mujeres" (México 1924). Posteriormente los sucesivos gobiernos chilenos le confiaron diversos cargos consulares en Francia, España, Portugal, Brasil, los Estados Unidos y otras naciones. Paralelamente a su labor pedagógica y diplomática, su obra lírica la coloca en primera línea entre los poetas de lengua castellana de su época. La reciedumbre de expresión, el sentido místico, el patetismo son cualidades que caracterizan la poesía chilena de esta maestra, cuya personalidad literaria se reveló en 1914, en unos Juegos Florales de Santiago de Chile. Su voz de compasión, ungida de piedad generosa, alcanza honduras emocionantes al hablar del niño, de la madre, de los débiles en desamparo. Su consagración poética tuvo lugar cuando ganó con los sonetos de la muerte, incluídos en su libro "Desolación" (1924). Su poesía surge del modernismo y es de lenguaje coloquial, con cierto panteísmo religioso. Sus principales obras trascedentes como Tala, 1938. "Poema de las madres" (1950). En 1945 obtuvo el Premio Nobel de Literatura por su obra "Oración de la Maestra", "Sonata de la Muerte", "Desolación" (1922), publicado por el Instituto de las Españas, de los EE.UU. y Ternura (1925). Sus composiciones más famosas: "El Niño Solo", "Ruth", "Al Oído de Cristo", "Himno del Árbol", "Plegaria por el Nido", "La Maestra Rural", "Viernes Santo", "La Espera Inútil", y todas las deliciosas "Rondas de Niños" (1923). En prosa, "Recados" y en 1946 se publicó una Antología de sus obras. Sus papeles han pasado a la "Congress Library" de la ciudad de Washington. Toda la obra lírica de su primera época está recogida en dos antologías, la citada "Desolación y Ternura". La primera de ellas compendia todo el sentir de su alma trágicamente emocionada, la poetisa se refugia en la poesía para acallar el dolor que la oprime; tonos románticos y modernistas se funden junto a algunas páginas en prosa de una nítida belleza, dolor y amor son los temas predominantes de una poesía formalmente perfecta que encierra sus experiencias personales íntimas y expresa su actividad ante la vida. Ecos del mejor Rubén Darío, notas delicadas del nostálgico Amado Nervo y angustia a lo Alfonsina Storni se depuran en un libro cerrado, prosa y verso, que la crítica ha reducido a partes como si la mente del poeta estuviese hecha de rígidos compartimientos, De ella debemos destacar el verso abrasador, casi místico, en lucha por lograr una ansiada serenidad. Faceta personalísima es su sentido casi universal del amor maternal, el amor y devoción por los niños, en esa mujer que nunca los tuvo, produjo poemas conmovedores. La segunda etapa se inicia con la referida Tala, libro mucho más técnico y elaborado por los anteriores, pero menos espontáneo y personal. La poetisa, a la sazón viajera a través de muchos países, internacionalizada a la fuerza, dando cabida a la poética abstracta de las nuevas tendencias, su lenguaje, no obstante, sigue siendo el mismo, brillante y audaz, pero no hay ese mundo sentimental tan suyo que fue lo más característico de su anterior producción. Continuó esta misma trayectoria en Lagar (1954), y vertió, a través de numerosos artículos, recogidos en Recados, y en su obra San Francisco de Asís, la emoción y el vivir tan apasionado de una mujer que vivió y llenó toda una época del quehacer literario de su patria natal de Chile. Su obra cautiva por su encendida pasión del amor, la ternura ideal hacia unos niños ajenos y la resignación cristiana ante los avatares de la vida. Murió fuera de su patria, en el hospital Hampstead de Nueva York, lejos de su tierra campesina que tanto amó.
TOMAS ANGEL RAMINI