Recordando a que responde el nombre de las calles de Nuestro Barrio
Cervantes
Miguel de Cervantes Saavedra: antiguamente se la denominó a esta arteria Santa Balbina, más tarde se la llamó Mazzini y desde el 27 de noviembre de 1893 se la reconoce con el nombre del inmortal novelista español.
Miguel de Cervantes Saavedra vió la luz un 9 de octubre de 1547 en Alcalá de Henares, España. Tuvo una infancia muy pobre, debió deambular con toda sus familia por toda España.
Poeta y literato, fue apellidado "El Príncipe de los Ingenios"; de sus estudios juveniles nada se sabe con certeza, pero sí consta por decirlo él mismo en la dedicatoria de "La Galatea", que entró en Roma de Ayuda de Cámara del Cardenal Julio Acquaviva, y ello debió ser en 1569.
En 1570 se alistó en el ejército de Marcantonio Colonna que reclutaba para la Santa Liga contra los turcos, y el 16 de setiembre partió de Mesina a bordo de "La Marquesa", que formaba parte de la flota de Don Juan de Austria y como soldado de la misma luchó en la batalla de Lepanto, quedando inútil de la mano izquierda. A pesar de ello no abandonó el ejército hasta el 25 de setiembre de 1575 en que fue apresado por los moros de Argel en donde estuvo cautivo durante cinco años. De regreso a España, vivió en Madrid dedicándose en un principio al teatro; pero de las veinte o treinta comedias que estrenó desde 1583 no se conservan más que las ocho comedias y ocho entremeses incluídos en la edición de Madrid de 1615. Las más notables de aquellas son "La Numancia" (propiamente tragedia histórica), "Los Tratos de Argel", comedia ésta de cautivos, y "Los baños de Argel", salpicadas ambas de recuerdos personales. Las restantes comedias del volúmen son las tituladas: "La gran sultana Doña Catalina", "El rufián dichoso" (comedia devota), "El gallardo español", "La entremetida" (de enredo), y "Pedro de Urdemalas" (sobre un tema propio de la picaresca). Los entremeses son muy superiores por su colorido y vigor popular a las comedias; los mejores son "Los retablos de las maravillas" y "La elección de los alcaldes de Daganso". También se le ha atribuído otro entremés notable por su gracejo: "Los habladores", que apareció como obra de Lope de Vega, en 1617, aunque Lope declaró que no era obra suya. También se dedicó a componer obras teatrales y escribió "La Galatea", primera obra que dió a las prensas y que se publicó en 1585 en Alcalá.
En 1584 contrajo matrimonio con Catalina de Salazar y Palacios. A los dos años de su boda, la muerte de su padre le obligó a encargarse del sustento de su madre y de dos hermanas, y para poder sobrellevar la carga solicitó y obtuvo el empleo de acopiador de víveres para la Armada Invencible y las naves que iban a las Indias, y para ello se trasladó a Sevilla en 1587 a las órdenes de Diego de Valdivia y Antonio de Guevara sucesivamente, pero el contínuo batallar con los proveedores y los empresarios no se compadecía con su carácter, ajeno a toda actividad práctica y deseoso de su liberación, volvió a su vida errante. En 1594 recibió el encargo de cobrar ciertos atrasos que Hacienda tenía en Granada y fue nombrado recaudador de impuestos habiéndose hecho responsable de unos fondos que entregó a un banquero de Sevilla y que éste dejara de ingresar en Hacienda, se le llamó a la Corte para que diese razón de esto y se justificase, y como no compareciese, se le encarceló y se le quitó el empleo (1597), viéndose nuevamente a una gran estrechez, durante la cual escribió la primeras páginas del "Quijote" que continuó em Valladolil (donde se ve en 1603) y del que dió la primera parte a la imprenta en Madrid en 1605 en la oficina de Francisco Robles. En 1610 publicó la serie de Novelas Ejemplares, cuyos títulos son: "La gitanilla", "El amante liberal", "Rinconete y Cortadillo", "La española inglesa", "El licenciado Vidriera", "La fuerza de la sangre", "El celoso extremeño", "La ilustre fregona", "Las dos doncellas", "La señora Cornelia", "El Casamiento engañoso" y "El coloquio de los perros". En 1614 publicó en Madrid "El viaje del Parnaso", poema que sobre la imitación de una obra italiana da ocasión a Cervantes para hablar de los poetas de su tiempo, con escasa libertad de crítica, pero con rasgos personales muy valiosos. Llevaba muy adelantada la segunda parte del Quijote cuando apareció, bajo el nombre del licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, el segundo tomo del "Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha" (Tarragona 1614) y esto hizo que se diese gran prisa a terminar la verdadera "segunda parte" de su novela, la cual vió la luz en Madrid al año siguiente. La última obra de Cervantes fue "Los trabajos de Persiles" y "Sigismunda", obra de vejez transida de idealismo, que ha sido calificada de sueño romántico.
Cuatro días después fallecía Cervantes, este insigne maestro de la literatura universal, en Madrid, donde residía desde el año 1609. El féretro fue llevado en hombre por sus hermanos de cofradía, y en el corto trayecto desde su domicilio a las Trinitarias anduvo descubierto, según regla de la Tercera Orden, en la que se inscribiera en 1613.
Fue sepultado el 24 de abril de 1616 y en la fecha de su muerte en España se celebra el "Día del Libro".
La obra cervantina es mucho más compleja que una simple sátira contra la caballería literaria. En una síntesis del espíritu español, del idealismo y del realismo encarnados respectivamente en las figuras de "Don Quijote" y de su escudero "Sancho Panza", un campesino sensato y bonachón.
Su excelsa y apasionada obra reúne todas las corrientes y postulados propios del espíritu renacentista abarcando desde el humanismo universal y paganizante hasta el sentido nacional y católico, y de el rigurosos clasicismo hasta las formas barrocas. Su obra parte de una concepción novelística de base idealista y neoplatónica mediante la cual el autor refleja el sentir del hombre de su tiempo.
Tomás A. Ramini