Historia del Barrio
El Antiguo Castillo de Villa del Parque
Parte II
Tragedia y Misterio en su Historia
Llegó el tiempo en el cual Lucía, terminados ya sus estudios en
la parte secundaria, debía decidir si aceptaba las sugerencias de sus padres
que deseaban su ingreso a la universidad nacional. Respetuosa del modo de pensar
de sus progenitores, no puso obstáculos en mantener conversaciones al respecto.
Luego de algunas tratativas familiares, creyó que la carrera médica
podría ser para ella el brillante futuro que tanto anhelaba. Para tal fin
se inscribió en la Facultad de Medicina de la calle Córdoba al 2100
de nuestra Capital. Enfrente, del legendario "Hospital de Clínicas".
Cuando aún cursaba el primer año del ciclo inicial, advirtió
que no podría continuar esos estudios porque no sentía atracción
por ellos. Las excelentes clases dictadas por eruditos profesores no alcanzaban
a interesarle. Comprendió entonces su equivocación en el momento
de tomar decisiones. Quizás por complacer a sus mayores que deseaban verla
algún día ejerciendo la medicina en un consultorio propio, cometió
el error que después lamentó. Casi todos los hijos de aquel tiempo
actuaban de esa manera.
Pasaron algunos meses del año 1909. Lucía una vez más, escuchaba
los sones de un piano que llegaban nítidamente desde una casa vecina hasta
su habitación. Los oía diariamente por las tardes. Le agradaba sobremanera
esa melodiosa y variada música que incluía valses vieneses, mazurcas
y tangos criollos. Transcurrió cierto tiempo y continuó interesándose
por las melodías que permanentemente lograba escuchar con agrado.
Finalmente pudo convencer a sus padres para que le autorizaran a estudiar piano
Luego de obtener la aprobación necesaria, ingresó en un conservatorio
dirigido por la profesora Rosa Molarte, ubicado en la calle Buen Orden (Bernardo
de Irigoyen) casi esquina Belgrano. Su entusiasmo era tal que en poco tiempo consiguió
progresos notables, aventajando a sus más destacados condiscípulos
ante la admiración de todos.
A ese instituto de enseñanza musical también concurría en
condición de alumno, un joven llamado Angel Lemos que estudiaba violín.
Se domiciliaba en la calle Defensa al 600, y pertenecía a una caracterizada
familia porteña. Su padre Manuel Lemos se desempeñaba en el directorio
de la tienda "A la Ciudad de México" situada en la calle Florida
y Cuyo de la Capital. Su madre María López Rodríguez era
ama de casa.
Lucía y Angel simpatizaron muy pronto: coincidían en el modo de
pensar y tenían parecidas preferencias. El muchacho no disimulaba su interés
por la joven, que tampoco desechaba la idea de iniciar un noviazgo. Así
ocurrió, y como se estilaba en esos años, solicitaron el consentimiento
de los padres de ambos, que dieron su aprobación sin inconvenientes. En
la actualidad esa situación no sería soportable.
Mucho antes de esa decisión, ya el padre de la chica había prometido
que si se concretaba alguna vez su matrimonio. El amplio castillo que hizo edificar
en Villa del Parque, sería su obsequio de bodas. Un pensamiento que nadie
intentó modificar.
Transcurría el tiempo, y la suntuosa vivienda permanecía sin ocupantes
por mandato de su dueño, atendida exclusivamente en la parte de su mantenimiento
y limpieza. El concurría periódicamente al barrio a bordo de su
auto "Landauletes" donde siempre se le recibía con simpatía
por parte de las modestas familias del lugar, las mismas que cuidaban para terceros
extensas quintas de verduras aledañas, entre otras actividades. Mientras
tanto los jóvenes vivían un felíz idilio, no existía
nada anormal que hiciese peligrar la apasionada relación. Juntamente con
sus padres acudían a espectáculos teatrales y cinematográficos,
paseos, fiestas, acontecimientos deportivos, etc.
Se comunicaban por intermedio de cartas, y también lo hacían utilizando
teléfonos rudimentarios que funcionaban a pila. El servicio lo prestaba
una empresa creada en 1886 llamada "Unión Telefónica".
Resultado de la fusión de dos compañías.
Tal vez mediante ese medio, las familias de los novios concretaron visitas, o
reuniones para realizar acuerdos como el que tuvo lugar en casa de la chica, para
decidir la fecha en la cual e efectuaría la boda. Según relata la
leyenda, luego de un cambio de opiniones entre los presentes, se determinó
que la ceremonia religiosa y civil se efectuaría el dia sábado 1º
de abril de 1911. El festejo quedó establecido y confirmado. El lugar sería
las instalaciones del castillo del señor Giordano.
Angel Lemos
Cuando en 1909 Angel Lemos inició su curso de violín en el conservatorio
de la profesora Molarte, tenía 23 Amos (había nacido en Buenos Aires
en 1886), ya poseía el título de farmacéutico otorgado por
la universidad nacional.
En 1936 un investigador del tema que hoy nos ocupa, llamado Francisco Martínez,
ubicó en los archivos de la Cátedra de Bromatología (Aula
"Felipe Justo"), de la Facultad de Ciencias Médicas (a cargo
en la ocasión de los profesores Angel Bianchi Lischetti y Vicente Colobraro),
una carpeta de "Trabajos Prácticos" a nombre de Angel Lemos que
correspondía al año 1909. Todo lo cual demuestra que en esa época
fue alumno de la escuela de Farmacia, y que al cursar su cuarto año de
estudios, estaba habilitado para obtener su título universitario, y proseguir
si lo deseara en la carrera del doctorado en bioquímica. Aparentemente
no lo hizo, pues no se encontraron datos al respecto. Solo habría logrado
su condición de farmacéutico.
Continuará
Isabelino Espinosa
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